sábado, mayo 17, 2008

Mohammad


En mi antepenultimo viaje a NY en Abril pasado confirme que aun existen personas buenas, y en los lugares menos esperados.


Ibamos para casa de una tia, eramos un grupo grande, 6 adultos y dos niños. Estabamos pidiendo taxis, pero los taxistas no les gustan montar a tanta gente, y tratamos de pedir que nos enviaran un minivan, pero nada que ver. Finalmente nos dimos por vencidos y decidimos bajar y aventurarnos a ver si conseguiamos uno en la calle. Obviamente cuando nos veian a todos juntos ninguno queria pararse, asi que recurrimos al truco de pararme yo sola y que los demas salieran cuando el taxi se detuviera. Asi lo hicimos y uno cayo. Cuando abro la puerta de alante veo que el tiene en el retrovisor un collar musulman que se usa para rezar, yo le llamo el rosario arabe, porque a fin de cuentas sirve para lo mismo, contar las oraciones que vas haciendo. Viendo que la que tendria mas afinidad con el seria yo, por tener algo en comun, me subi en el asiento delantero e inmediatamente le puse conversacion al pobre infeliz para que no se percatara de la cantidad de personas que subian a su taxi. Lo primero que le pregunte fue de donde era, y para mi sorpresa resulto ser Palestino. Ya de ahi en adelante a el se le importo cuantos habiamos, al yo decirle que mi papa era tambien Palestino, y que yo habia visitado Palestina hacia unos cuantos años, fue como si fueramos familia! El comenzo a contarme su historia, tenia 5 años que habia llegado, vivia solo con un primo, toda su familia se encontraba en Palestina y el tenia esa cantidad de años que no la veia. Su papa, hermanos y primos estaban todos presos en las carceles Israelies, por conspiracion contra el gobierno. El salio corriendo de alla para no caer tambien preso y para buscar una mejor forma de vida. Pero se le notaba la tristeza en la mirada al hablar de su familia, de su pais que no le pertenece pero que quisiera poder defender.



Llegamos a nuestro destino y le pedi su tarjeta para llamarlo para que nos recogiera, el me dio su celular, pague y nos despedimos. Despues de nuestra larga visita, a eso de la 1 am. lo llame para que nos recogiera, se acordaba perfectamente de mi nombre y de donde estabamos y nos paso a recoger. De nuevo en el camino contandome de su vida, yo le dije de como era ser de dos razas tan distintas y como lo habia sobrellevado. Cuando llegamos y nos estabamos desmontando, le pregunto a Mohammad que cuanto le debia, y aqui demostro su bondad. No queria cobrarme! Una persona con tantas necesidades, con una familia a la que debia enviarle dinero, viviendo seguro con restricciones, no queria cobrarme por el simple hecho de compartir un pais, de haber conversado un rato con el! Claro que no se lo acepte, y le pague. Le dije que se lo agradecia en el alma pero que no podia permitir que el lo hiciera. Esto puede parecer una pequeñez, pero para mi fue mas grande que recibir un gran regalo de alguien con dinero. Cuando damos de lo poco que tenemos, es mucho mas el sacrificio que estamos haciendo que cuando damos porque nos sobra. Aprendi mucho esa noche sobre la bondad del ser humano y todos los que estabamos presentes nos sentimos muy conmovidos por el gesto.



Gracias Mohammad por mostrarnos tu bondad.

5 comentarios:

Alejandro Correa dijo...

Pues yo no he tenido la misma suerte que tu al montarme con los dominicanos en NY jajajaja

Princess Arabita dijo...

Alejandro, cuanto tiempo! Es que imaginate que con todos los dominicanos que hay en NY, los taxistas le ofrecieran free rides! Pero quien sabe si algun dia te toca uno.
Cuidate!

alfonso dijo...

saludando y poniendome al dia.

Princess Arabita dijo...

Hola Alfonso, que bueno verte por aca!

Cheluca dijo...

Wow que lindo Mohammad... la verdad que debe ser muy triste tener que salir de tu país por persecusiones políticas...
Aquí la gente se va porque la situación económica apremia pero no por vainas políticas.

Un abrazo!